Vivimos tiempos extraños. Tiempos en los que se aboga por una globalización no sólo económica e interesada, sino social y altruista en el que todos, respetando nuestras diferencias, confluyamos en una misma comunidad. Pese al esfuerzo de algunos por romper este clima, y afortunadamente para el paladar español, son muchos los negocios que, al menos en sus locales, abogan por diversificarse aunando elementos de otros sectores. Véanse espacios multiculturales, librerias venidas a bares y cafés e incluso el otro día conocí un irlandés alejado de la clásica estampa que huele a alcohol regurgitado, aderezado con un insoportable calor y todo ello tras una cena basada en aceitosos y grasientos nachos. De hecho, sabía que estaba en un irlandés por la estupenda decoración amaderada y el apóstrofe en el nombre. O´Hara´s Irish Pub muestra a los políticos el camino a seguir; en lugar de reivindicar su naturaleza por encima de las demás, coge la mejor versión de un irlandés, cocina casera con guiños norteamericanos y de calidad, precios de un restaurante medio y ambiente para todos los públic. Si añadimos el factor distancia, a 10 minutos de Madrid y en una excelente barriada de Pozuelo, obtenemos una de las mejores recomendaciones donde comenzar la noche cenando, continuarla con la primera copa, y la segunda, y la tercera...
La estética irlandesa impregna cada rincón del local. |
No sé si es peor el que un local o tipo de locales nos acostumbren a un estereotipo o que nosotros nos conformemos con él y no exijamos más. Lo digo porque hasta el otro día habría jurado, basándome en ciertas tabernas de la zona de Huertas, sin ir más lejos, que los pubs irlandeses eran un territorio de caza en el que ellas y ellos, en su mayoría guiris, sometían a su cuerpo a una combinación de alcoholes varios, abarrotadas pistas de baile -no lleves zapatillas blancas- y un calor que ríanse de los cócteles a base de tabasco: estos son más explosivos.
En esas que me pasé por Pozuelo, por una antaño zona de marcha reconvertida a varios soportales donde sólo unos pocos -los más fuertes y preferidos de la clientela- han sobrevivido. Uno de ellos es el que hoy nos ocupa, O´Hara´s Irish Pub, que lejos de vivir de las rentas se reinventó en la suerte de restaurante manteniendo su filosofía de pub para todos los públicos, gustos y edades y sitio de referencia donde disfrutar de un buen partido -o de un puñado de ellos, gracias a sus 9 pantallas distribuidas entre los dos locales-. Sí, habéis leído bien: la quintaesencia de proponer varios ambientes en un mismo recinto es separarlos no sólo mediante decoración o uso, sino tabique mediante.
Así, visto de frente, además de una generosa terraza compartida por ambos, a la izquierda se nos propone la zona de restauración -que no exime de que uno vaya a tomarse algo y disfrutar de un partido de fútbol- y a la derecha la cara más clásica de O´Hara´s, el copeo desde las 17:30 horas hasta las 3:30 de la mañana. Tan cerca, tan lejos. Uno si quiere puede echar toda la noche desde su más tierna etapa, con cena, copas y recopas, o bien apuntarse sólo a una de ellas. Siempre tendrá lo que busca gracias a la citada separación: tranquilidad y parloteo mientras degusta la enorme oferta de su carta o bien movimiento y fiesta en mesa baja, alta o de pie en el local destinado a ello.
No sé en que momento antepuse un buen manjar a una desfasada noche, pero hoy os hablaré de la primera experiencia, aunque prometo dar cuenta de cómo se vive el O´Hara´s nocturno. Quizá me decidí por su faceta menos "oscura" tras comprobar que estamos ante un irlandés donde San Patricio es sólo uno más en la carta: entrantes -"para picar"- variados, elaborados, abundantes y -atención- NADA grasientos; principales que van desde los sandwiches hasta sorprendentes y sabrosísimas hamburguesas y unos postres que, cuando llegues a ellos te habrás prometido a ti mismo el no comer ni una migaja más, hasta que los leas; imposible resistirse.
Con unas originales y atractivas cartas y semejante oferta culinaria nuestra atención estaba asegurada. Faltaba comprobar el punto de calidad de un irlandés sirviendo "Raviolis Tartufato" con queso parmesano y aceite de trufa negra, por ejemplo. He aquí mi primer consejo y casi mandato: PEDIDLOS. Quizá os sintáis atraídos por opciones como las "Piruletas de Queso de Cabra" o las "Palomitas de Pollo con Salsa Barbacoa", geniales por cierto estas últimas, pero hagáis lo que hagáis, los tartufato son menester en vuestra comanda. El queso y la propia pasta están deliciosos, pero el regustín a trufa negra quedará grabado en tu paladar unos cuantos minutos, en tu memoria toda la vida. Recordad, son raciones abundantes.
Quizá os convenga hacer hueco para otros entrantes, pinchos, ensaladas o sandwiches, pero una vez más os exhorto a fijaros en la parte baja de la carta, donde dice "hamburguesas". ¿En un irlandés? ¡Sí, y de lo mejorcito! La de trufa negra repite la experiencia de los 'tartufato' pero esta vez combinado con una carne de 180 gramos que te invito a que pruebes sin acompañamiento alguno para dar fe de su tremendo sabor casero. Claro que otras como la "gourmet" dificultarán tu elección, con una imponente rodaja de queso de cabra a la que sólo le falta hablar y sonreírte. Todas ellas con un guardaespaldas de auténtico lujo: gigantescas patatas texanas.
Aunque el estómago sea un órgano, está compuesto por músculos. Así que no olvides sacar tu mejor bíceps muscular porque, a estas alturas, tocará un sobresfuerzo cuya recompensa no se hará esperar. Hablo de los postres, de una tarta de queso hecha por dioses y un brownie que conserva su aspecto esponjoso pero apuesta por un tacto más crujiente y en el que la galleta es protagonista. Ambos nos convencieron del "un poquito más" hasta que nada quedó en el plato. Estábamos saturados, saturados de satisfacción. Prometiéndome a mí mismo no comer en los próximos diez días, reparé en otra de sus originales cartas: ginebras. Más de 20 tipos a partir de 6,5 euros. Pregunté sobre tamaño escaparte, me respondieron que era pequeño comparado con el catálogo de más de 35 cervezas del que disponían. La noche prometía, como yo os prometo que hablaré de cómo transcurrió en el pub O´Hara´s. Por hoy, quedaos con su versión más apetitosa. Quedaos con esta imagen:
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- La carta, rompedora con lo visto hasta ahora en un irlandés, y contemplando tanto variedad como cantidad.
- El ambiente: los dos locales y la terraza conforman un triángulo que puede darte tus mejores días... y noches.
- La relación calidad-precio y las promociones entre semana. Echa un vistazo a su página web.
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-¿Dónde? Vía de las Dos Castillas, 23. 28224 Madrid. www.oharas.es
-¿Cuándo? Desde mediodía hasta las 3:30 de la madrugada que cierra el local de copas. Cocina hasta la medianoche, algo más en fin de semana.
-¿Cómo? En coche lo tienes a 10 minutos de Madrid por la A-6. Idéntico tiempo y unos 14 euros -máximo- en Taxi. Muy cerquita encontrarás parada de Metro Ligero.
-¿Cuánto? Por 15-20 euros por persona saldrás rodando, menos si hablamos de una cena ligera.
Jesús Clemente Rubio