Hasta el "no gol" del Sevilla, fue el Madrid el que comandó el ataque y llevó la batuta de botas de Modric que siempre acertaba triangulando con los efectivos de medio del campo o habilitando a la banda de Carvajal para la internada de éste o de Lucas Vázquez.
El VAR intervino, anulando el gol por bloqueo y falta de Gudelj a Militao, pero el Madrid estaba tocado, y así seguiría hasta el final de la primera parte.
En la segunda el paso por caseta funcionó y el Madrid retomó sus mejores minutos hasta que en una buena jugada Jovic, que no marcó, sí asistió para que fuera Casemiro el que inaugurase el marcador. Gol de un centrocampista con definición y temple de delantero, de quien siempre quiere hacer partícipe al resto pero esta vez fue él el que marcó el camino a los tres puntos.
Vinicius, nada más entrar -sustituyendo a Rodrygo en un doble cambio en el que también se marchó Jovic por Benzemá, seguramente ambos fruto del próximo encuentro copero- completa en su primera jugada un excelente boceto que le retrata para lo bueno y lo malo: desborde, internada en el área, peligro... y disparo con buena intención pero sin acierto ni puntería entre los tres palos.
En ese momento los focos fueron para los cambios y se olvidaron de un Sevilla, salvo pájara soprendente, suele luchar hasta el final. Y así fue, esta vez el VAR intervino pero no anuló el perfecto disparo de De Jong en el que tal vez un Courtois mejor colocado podría haber hecho más, pero la parábola descrita llevó al esférico a lamer el palo. Vuelta a empezar con un Sevilla que tenía mucho que ganar y unos merengues mucho que perder con semejante resultado. Al Bernabéu sólo le vale el "1". Y a Casemiro, con más hambre que un nueve en sequía, también. Apenas unos minutos en los que los hinchas visitantes desplazados pudieron disfrutar las tablas, remató a placer con la misma temple que en el primer tanto, aunque esta vez cambiando pie por testa. Justa mención al centro al área de Lucas Vázquez que, sin brillar, dibujó acciones como ésta.
Pero fue Vinicius el que de nuevo atrapó al Bernabéu. Se le resiste el gol, ya despierta el tópico cómodo y derrotista de "un buen extremo que no sabe disparar", pero nadie niega su capacidad para superar contrarios y protagonizar llegadas en las que sus compañeros tampoco tuvieron acierto rematando sus pases al punto de penalti. Véan la jugada del minuto 86 y disfruten de lo que se viene el día que Vinicius encuentre en la portería una amistad tan duradera como la que mantiene con el regate. Toca estreno en la Copa del Rey.
Jesús Clemente Rubio