De lo que venimos: mucha información, pocas medidas. Bienvenidas sean las medidas para frenar la propagación del coronavirus. Vaya por delante mi agradecimiento a las instituciones por dar el paso y tomar medidas que, bien es sabido y más tratándose de nuestro país, serán criticadas en calle y casas y descuartizadas en redes sociales pero, seguramente y atendiendo a la postura y voces de expertos, necesaria. Además, en días previos ha habido un trabajo brutal desde Ministerio y Consejerías en lo que a información se refiere, si bien se han echado en falta medidas reales. La gestión política del problema y la crisis del COVID-19 ha registrado múltiples llamamientos a la tranquilidad y dejado excelentes gráficos como el que acompaña estas líneas, pero también una ausencia de medidas en comparación con países vecinos que ahora se atropellan en una igualmente repentina rueda de prensa. Una comparecencia en la que el Gobierno de la Comunidad de Madrid deja 5 titulares que simbolizan la oportunidad perdida del país y la región para liderar la lucha contra el coronavirus y no su propagación:
1-. "En apenas 24 horas hemos pasado a 579 personas afectadas en la Comunidad de Madrid". España podía haberse situado a la cabeza en reacción y medidas preventivas de cara a la amenaza del coronavirus, pero hemos perdido la oportunidad. Las instituciones políticas lo han hecho, porque nuestros profesionales son ejemplo en todo el mundo. Hemos esperado a que los números crezcan vertiginosamente y los casos en la Comunidad de Madrid casi se tripliquen en apenas 24 horas (de 202 a 579 casos), se "descontrolen focos como el de la citada región así como el del País Vasco" (Fuente: Ministerio de Sanidad) para entonces, y sólo entonces, dar una rueda de prensa en la antesala del 'prime time' y convertir lo que podía haber sido una concienciación pautada y organizada en una alarma regional y nacional.
2-. "Cierre de todos los centros educativos a partir del miércoles". La clausura no progresiva y sí absoluta de todo centro educativo puede alegrar durante 15 días a niños de toda la Comunidad de Madrid pero, lo que seguro hará será perturbar el día a día y la actividad laboral y económica de muchos padres y, lo más importante, preocupar a todos en exceso. Insisto, son medidas consensuadas por expertos y necesarias, pero si esto se decide cuando el Coronavirus apenas es un chascarrillo dentro de nuestras fronteras, quizá la asimilación sería otra al ver cómo cierran centros educativos y de mayores y se informa de ello de manera paulatina a lo largo de los días. Quizá esta sucesión de acciones no transmite un alarmismo y, sobre todo, una sensación de improvisación propia del novato y no de comités de expertos, comisiones repletas de políticos y gestores de Comunidad y Estado. Francia y Alemania no esperaron a tener ni la mitad de casos que España para comenzar a tomar medidas (la última, PROHIBICIÓN DE ACTOS MULTITUDINARIOS QUE SUPEREN LAS 1000 PERSONAS) y, sin embargo, los europeos menos europeos por lo bueno, también lo hemos sido una vez más por lo malo, el infame caos que cargamos y que, a este paso, nunca podremos sacudirnos. "Son miles las llamadas que recibimos cada día en los teléfonos habilitados y no damos a basto", dicen desde la CAM y el Gobierno central y, sin embargo, es ahora, días después de asistir impasibles al avance del virus, cuando en plena rueda de prensa plagada de prohibiciones y recomendaciones (teletrabajo, no viajar salvo que sea estrictamente necesario) piden no saturarlos.
3-."De contención a contención reforzada". El castellano es el mejor idioma del mundo, Shakespeare envidiaba a Cervantes, en parte, por la lengua que utilizaba, dada su amplitud, variedad y riqueza. Pero por mucho que desde el Gobierno quieran decir que pasamos de un escenario "de contención" a un escenario de "contención reforzada", la población seguirá haciéndose las mismas preguntas, ¿por qué ahora que las cifras se disparan y no antes? ¿qué ocurre con eventos y celebraciones multitudinarias? ¿por qué no haber imitado al resto de países de Europa Occidental afectados por la crisis vírica? Encontraremos mil y una cuestiones, y ninguna se resolverá explicando qué es un escenario de contención en comparación con la contención reforzada.
4-. "Agradecer el trabajo de los profesionales sanitarios que han demostrado su compromiso y que sin ellos sería imposible afrontar un problema de tal magnitud". Por supuesto, y suscribo cada una de esas palabras de la CAM en su rueda de prensa y que ha coincido casi por lo expresado desde el Ministerio de Sanidad. Sólo resta preguntar a los aludidos sobre qué opinan de la gestión que se ha hecho del asunto, pues son ellos los que han dado y, lo más importante, darán la cara a partir de ahora.
5-."Destacar el trabajo de coordinación con el Ministerio de Sanidad". Una de las ruedas de prensa relacionadas con el ámbito sanitario más multitudinaria y de mayor expectación que se recuerda en décadas... y coinciden casi de manera simultánea Comunidad de Madrid y Ministerio de Sanidad. La misma (des)coordinación que ha existido en días atrás plasmada en una convocatoria de prensa. La chapuza es sublime.
Hacia dónde vamos: muchas medidas, poca información. Información para los autónomos que tengan que faltar a su actividad económica diaria para el cuidado de sus hijos, o de los mayores, colectivo de mayor riesgo. Empresarios, trabajadores itinerantes... Somos el país del péndulo y, como de costumbre, pasamos del todo al nada y viceversa.
Pese a todo, gracias. Por supuesto retomamos el agradecimiento inicial, gracias a todas las partes que ayudan a entender, frenar y sobrellevar la crisis vírica que, recordemos, no ha de preocupar por su mortalidad, sino por su propagación. Seamos responsables, sigamos las recomendaciones y respetemos los mandatos lleguen o no tarde pues que el gestor se equivoque no exime al ciudadano de los posibles errores que cometa. Quizá trabajando todos juntos, adelantándonos al problema y de manera coordinada logremos de verdad que España se corone de puertas hacia el ciudadano así como de puertas hacia afuera... sin virus que ensucie ese liderazgo.
Jesús Clemente Rubio