La madre nutricia, la que surte de alimento al intelecto de las personas, el Alma Máter. Y reinventando un concepto que ya sorprendía, Aviburger, nace Alma Matter con la misma función, proveer al comensal de todo cuanto espera de una velada, pero aderezándola con un entorno salpicado de modernidad y arte que, entre plato y plato, te hará creer que te encuentras en un museo en lugar de un restaurante. Para que no olvides lo que de verdad importa, esto es, disfrutar de los verdaderos placeres de la vida. Como el arte urbano y el arte culinario... nada es tan importante como para privarte de disfrutarlos. Piénsalo, con buena mesa y excelente ambiente, ¿cuál es el problema? ¿What´s the matter?
Comer rodeado de arte urbano es posible en Alma Matter. |
Y el único problema será que toda muestra de arte, desde la exposición de Paola Rosales en la planta de abajo hasta la ornamentación del ascensor para comida a cargo de Zok.Art lo querrás para tu casa. Así es Alma Matter, una galería de arte en la además se come muy bien, un restaurante en el que también disfrutarás de arte urbano en cada rincón; a los ya mencionados hay que sumar los murales de Diego Vicente y Marc Álvarez, con matiz venusiano y realista, respectivamente. Sin olvidar la escultura que da la bienvenida desde el escaparate, obra de Kerú de Kolors y otras piezas de Marra Arte o Manuel Delgado y su personalización de zapatillas que, nos cuentan, ya ha suscitado el encargo de varios clientes.
Por dónde íbamos... ¡ah sí, que os queremos hablar de un restaurante! Nos perdemos con tanto arte. Y nos encontramos con una mesa que conserva -menos mal- las extraordinarias hamburguesas del, otrora, Aviburger, añadiendo algunas imperdibles. Nuestra elección fue la Dulce Maestra con 180 gramos de carne y una tonelada de cebolla caramelizada que, lejos de ensombrecer a la esencia de toda hamburguesa, realzaba su sabor. Es lo que tiene la buena carne y materia prima. Y unas adictivas patatas al corte como guarnición. Diríamos que éste fue un principal si no hubiésemos encargado como segundo en discordia el medio kilo de Rib Eye con tanta cantidad como calidad.
Permitidnos comenzar por los principales porque así lo ha parido la redacción, pero es tan injusto para el local como para vosotros no hablaros de los huevos rotos, si no los mejores, sí los más originales que hemos encontrado, pues no hay nada contra lo que estrellarlos: sin la textura clásica de la patata, encontramos una cama trufada con toque de chorizo y pimentón que está llamado a ser el entrante de referencia del local y de medio Madrid.
Prepárate para unos huevos rotos... en realidad, un restaurante, fuera de lo común. |
Con permiso, claro, de los baos de Panceta y Gamón de equilibrada fusión de sabores e ingredientes para culminar una velada que rozaría la matrícula. Pero ahí estaba el postre para disparar la puntuación, un "Carrusel de colores" donde la paleta de Oreo, los frutos rojos y el crumble de chocolate negro se entremezclan para terminar de conquistar tu paladar. Y recordarte que la vida, como el local de Alma Matter, está para deleitarte con ella y degustarla al máximo.
Carrusel de colores, o el mejor final para tu visita gastroartística a Alma Matter. |
Información, carta y horarios en www.alma-matter.es
Jesús Clemente Rubio