Queríamos comenzar con un repaso de las joyas que más nos gustan de Xbox Game Pass. No las únicas, sí las que más nos gustan. Y de repente, el anuncio: Bethesda, tras la adquisición por parte de Microsoft, desembarca el 12 de marzo en la plataforma que más alegrías le está dando a la compañía norteamericana. Fallout, Dishonored, Wolfenstein, Doom, The Elder Scrolls... nombres propios de la industria, gigantes de los catálogos, ya incluidos en tu suscripción. Así son los hijos del matrimonio Xbox - Bethesda. Y, aunque nos duela decirlo pues queremos a todos sus hijos por igual, también tenemos nuestros favoritos.
1-. Fallout 4, New Vegas y 76
Comencemos por el último. Ya hemos terminado. Con una entrega para olvidar, sería tan ridículo dejar pasar tu vida sin aventurarte en el Yermo de la cuarta entrega de Fallout o la vertiente New Vegas como no probar una mariscada en toda tu vida. Por poner un ejemplo rápido. Hablamos de historias llenas de itinerarios y rutas diferentes en función de las decisiones que tomes, ya sea articulando palabra o bien a base de tiros, tú eliges. Como todo en estos juegos: personalización casi absoluta desde el aspecto hasta las habilidades y, si queréis que nos decantemos, el Fallout 4 sigue siendo uno de los mejores videojuegos de la historia. Por su existencial final, por las decisiones al 75% del juego que te dejarán tanto satisfacción con el bando elegido como lamento por el traicionado. En definitiva, uno de esos mundos en los que perderse para reencontrarse con el placer de jugar.
2-. Dishonored y Dishonored 2
Deshonrado. Emboscado. Traicionado. Y en duelo. Con el asesinato de la emperatriz cuyas espaldas guarda, Corvo Attano pierde mucho más que a su "cliente". Y lo peor es que todos los indicios le señalan como culpable. Con una extraordinaria jugabilidad y habilidades que te permiten avanzar optando por, o alternando entre, sigilo y acción, Dishonored dibuja una ambientación e historia propias de las mejores obras narrativas. Su segunda parte divide caminos y multiplica posibilidades, con una excelente manera de presentarnos dos maneras de hacer las cosas. La de Corvo y la de Emily, hija de la emperatriz. Pero la primera siempre se quedará en nuestras preferencias y memoria.
3-. The Elder Scrolls III, IV (Oblivion) y V (Skrym)
Aquí ocurre al contrario que en Dishonored. Cada entrega se supera. Y pasa por la izquierda a la anterior en todos los aspectos. El "roleo" se dispara con Skrym por el grado de sumersión que posee la historia, que engancha desde el primer minuto hasta que consigues "hablar" el idioma de los dragones. Un Fallout con tintes medievales cubierto de fantasía y decenas de historias secundarias que, como aquél, bien podrían configurar eventos de la trama principal por duración y calidad. Otro de esos imperdibles en la historia de los videojuegos.
4-. Wolfenstein y Doom
Cierra los ojos, señala a ciegas a cualquier entrega de ambos títulos y ponte a jugar. Te engancharás sólo al nivel que enganchaban los juegos de antes, sólo al nivel de lo sque en nuestro 486 recorrimos castillos nazis con Wolfenstein y nos adentramos en abismos infernales para dar caza a monstruos pixelados.