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La Madonna, by Sushita: Sabor japonés vestido de diseño italiano


Cojamos un local de cocina clásica italiana, al estilo trattoria. Llenémoslo de toques hogareños y que hacen sentir como en casa. Sobre la mesa, dejemos que Italia se reduzca a influencias que salpiquen los mejores platos japoneses. El resultado es La Madonna, del grupo Sushita, que además de conciliar ambos mundos resulta en una carta cuya variedad y calidad arrincona hasta al paladar más exigente, impidiendo verter queja alguna sobre sus platos. Viaja sin moverte de tu nueva casa.
Un viaje que comenzamos con dos entrantes que prometían sobre el papel y superaron expectativas ya en la mesa. Los rollitos de pato gozaban de un buen sabor pero la salsa hoishin es de las más logradas y sabrosas de cuantas hemos probado. Tremendamente adictiva y, como las buenas salsas, con un ligero baño del rollito se percibe todo su sabor en perfecto equilibro con el del pato. 


Pato y Dim Sum para empezar. Soberbios.

Claro que ya sabéis que somos amantes de los Dim Sum y aquí la propuesta es de guiso de carrillera, convirtiéndose cada bocado en una explosión de sabor. Si por separado adoramos a ambos, juntos se han convertido en una pareja de baile a imitar en otros restaurantes.

Avanzando páginas en la carta, topamos con los nigiris, makis y hamburguesa wagyu. De esta última pedimos una unidad para no llenar el buche antes de tiempo, y fue imposible no quedarse con ganas de más. Una fusión de sabores entre originales "panes" que allanaron el camino al resto de nigiris. Que se movieron entre el pez mantequilla con trufa o el de anguila con huevo de codorniz, sin olvidar el salmón braseado y el curioso gunkan de hamachi que cambia algas por una cobertura hecha a base de sésamo y que reúne una llamativa cantidad de ingredientes y sabores.  Pero si nos tenemos que quedar con uno, harto difícil, sin duda sería el nigiri de viera con mantequilla, una de las novedades que, por el bien común, jamás moverán de la carta porque es una experiencia ESPECTACULAR. 




Variedad y calidad de nigiris en La Madonna.

En los principales sorprendió un trampantojo de pizza hecho a base de tempura de verduras y coronada por gambón y un sublime arroz frito con confit de pato y frambuesas en forma de salsa que, descuida, la sirven aparte por si te resulta muy empalagosa. A nosotros nos encajó la combinación cuando la probamos aparte pero, sinceramente, estaba tan delicioso el arroz que nos daba pena mancillar su sabor con las frambuesas. 

Una pizza diferente. Un sabor extraordinario.

Para redondear una velada gastronómica de altura optamos por la tarta de zanahoria, de crema muy ligera, esponjoso bizcocho y abundante cantidad (la recomiendan para dos personas) y "el agujero de los donuts", servidos en 6 unidades con tres salsas, siendo obviamente la de chocolate con leche una que desapareció en segundos. Por fin un restaurante que apuesta por sus postres tanto como por el resto de la carta, y el resultado, claro, le convierte en referencia también en este apartado.


La carta de postres de La Madonna da la réplica perfecta al resto de apartados.

Así fue nuestra primera vez con el grupo Sushita, ni más ni menos, con su séptimo restaurante. La Madonna entra en el top de restaurantes fusión de la capital.


Jesús Clemente Rubio