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El inglés que sabía de cocidos



El Gran Hotel Inglés suma a su interesante oferta lúdico gastronómica un cocido de tres vuelcos digno de recomendación y la mejor tradición casera. Una atmósfera y un ambiente tan exclusivo como acogedor, música en directo y un postre muy madrileño ponen el broche a una tradición gastronómica que pasea con orgullo por Madrid el hotel más antiguo de Madrid.

Claro que en 1886 quizá nunca pensaron que siendo el Gran Hotel Inglés servirían en algún momento un cocido los fines de semana de 13 a 15 horas. Pero bendito el momento en que decidieron hacerlo porque, además de una cantidad perfecta en función del número de comensales -ni la ingente que te deja rodando ni la escasa que te dibuja una expresión de besugo- la calidad y el servicio son dignos de un hotel de 5 estrellas Gran Lujo como éste.

Basta acceder al hotel y al lobby donde se sirve el cocido para comprobar que uno ha acertado, con un salón elegante, acogedor y con mesas distanciadas para sentir la presencia de otros comensales pero sin parecer que están sentados casi en tu mesa. El servicio es muy diligente, y ya se encarga de preguntarte cómo quieres los vuelcos, si de uno en uno, primero la sopa y luego en pack garbanzos y viandas... nosotros lo pedimos todo de una para vestir la mesa e ir experimentando sopa a solas, con garbanzos, con las carnes, etc...





Sobre cada vuelco, la sopa es adictiva, goza de un intenso sabor que quizá se eche de menos en los garbanzos sin acompañamiento. Claro que para eso está el aceite, el tomate o el propio caldo. Ahí ganan enteros y los devoras. Las carnes también merecen mención destacada por su limpio emplatado y delicioso sabor que, recuerdo e insisto, son más que suficientes. Nosotros pedimos para 2 y allí que comimos 3 y medio, contando a las niñas que, por cierto, disfrutaron sobremanera todo lo mencionado. 

Aunque quizá uno de los elementos que más nos gustaron a todos no se come pero, aún así, se disfruta tanto como aquello: la música en directo. Los sábados guitarrista de flamenco en directo y los domingos, cuando asistimos, un cantante que tan pronto emula a Louis Armstrong y su "What a Wonderful World" como tira de repertorio de Disney y otras películas infantiles para acordarse también de los más pequeños. Todo con mucho gusto, de nuevo elegancia y sin molestar en absoluto. Una compañía perfecta para un cocido sublime. Que viene rematado por una torrija gigantesca en la que quizá sobre algo de caramelo por encima pero, una vez retirado, descubre una pieza de repostería clásica y conocida pero que igualmente te sorprenderá por textura y sabor. 


El Gran Hotel Inglés se estrena con los cocidos y ya exhiben dominio... no quiero imaginar cómo resultará ese Brunch tan famoso, prestigioso y del que todo el mundo habla desde hace años...


Jesús Clemente Rubio