Si Walt Disney tuviera que diseñar, elegir o apostar por un restaurante en el mundo, lo haría por este local situado en la castiza Cava Baja madrileña. Los Secretos de Lola es todo cuanto niños y adultos querrían de la Factoría de los sueños: cada rincón está personalizado, cada mesa está "firmada" por un personaje o mundo de la animación que va, por cierto, más allá de la compañía del ratón Mickey Mouse. No hay ángulos muertos, pues allí donde mires te devolverá la mirada un personaje de los dibujos de tu infancia... y de la de ellos. Porque si el restaurante requiere reserva todos los días de la semana, si largas colas esperan a ser atendidas incluso en jornadas de poco movimiento en la capital, es porque aquí de 0 a 99 años el comensal encuentra un refugio a las preocupaciones de fuera. Y sí, por fin hemos topado con un restaurante cuyo músculo es la ambientación o la temática pero que, además, propone una interesante y sabrosa oferta gastronómica. He ahí los verdaderos Secretos de Lola. Y otro que suelen olvidar y merece ser gritado a los cuatro vientos: su estupendo servicio.
Porque nos habíamos acostumbrado mal, habíamos normalizado conformarnos con una buena ambientación sabiendo que la comida sería "de batalla". Hasta que Los Secretos de Lola han dicho basta y, con la cocina argentina como eje, diseñar una variada carta en la que el emplatado es de ensueño animado y el contenido más que notable. Lo comprobamos ya desde los cócteles, amplia oferta con y sin alcohol con cabezas de Ariel o Campanilla como recipientes. Y seguimos con los entrantes, croquetas extraordinarias de la mano -y plato- de Pumba y Remy, el ratón de ratatouille, que para la ocasión nos prepara unas de queso, arroz y pesto tan contundentes como adictivas. La primera ya te llena, pero imposible renunciar a una segunda, y tercera, y...
Qué decir del pulpo. Una sobresaliente pata que avergüenza a ciertas pulperías que presumen de aquello que no tienen. Unos tequeños que no necesitan salsa -imaginad su buen rebozado y sabor- precedieron al principal que compartimos, el lomo bajo de angus sublime por calidad y cantidad.
Como no somos amantes de los destripes, no te diremos alguna que otra sorpresa asociada a según qué plato o qué día de la semana o qué horario elijas para ir. Sí aplaudiremos estas vueltas de tuerca inesperadas que no hacen sino elevar la experiencia, como la que tuvimos en nuestro cierre con un carrusel de postres que parten de cobertura de chocolate -con leche o blanco- para después encerrar en su interior oreo y más chocolate en función de tus preferencias.
Por eso Los Secretos de Lola es mucho más que un restaurante y mucho más que un local instagrameable con tus personajes favoritos. O es todo ello en uno de esos escondites de la capital que, veréis cuando vayáis, se ha convertido en visita obligada para turistas nacionales y extranjeros que nos visitan. Descubridlos y, una vez los sepáis, esparcid sus secretos por todo el mundo. Hacen falta más lugares así en los tiempos que corren.
Más información en https://www.secretoslola.com/home
Jesús Clemente Rubio