
La colaboración Eugenia & Sushita lanza varias novedades en mantelería y vajilla para dar la bienvenida a las estaciones más coloridas y alegres del verano. Y nosotros celebramos ese jolgorio conociendo el Café Sushita de la calle Miguel Ángel y alguna que otra novedad también en carta.
Pero antes de asomarnos al contenido del plato, los que veréis pertenecen a la colección ya más que conocida, repasemos las novedades en el continente. Desde una nueva línea de individuales 100% lino y artesanal y con tratamiento antimanchas hasta un bordado a juego con servilleta (gama Verdant) para sentarte en tu casa pero sentirte como en un Sushita. Porque recuerda que tanto esto como toda la vajilla puedes adquirirla de manera online o bien en la tienda física de La Moraleja.
No seremos nosotros, aquí jamás lo hemos hecho ni haremos, los que incitemos a compra alguna comisiones mediante; es que, verdaderamente, cada vez que hemos ido a un Sushita hemos pensado "tenemos que cambiar la vajilla" impulsados por cuantos elementos vemos sobre nuestra mesa. Desde los vasos hasta los platos, pasando por manteles y servilletas. Volviendo a los primeros, la colección de Cristalería Fiore alberga vasos, copas y jarras a juego en verde, naranja o azul y, de nuevo, repiten calidad y artesanía del resto de piezas de la colección Eugenia & Sushita. Muchos más detalles y, sobre todo, información para su compra en https://www.eugeniaysushita.com/
Y ahora sí, vamos a meternos en faena. Hay que empezar diciendo que el local ubicado en la calle Miguel Ángel, segundo Sushita que abrió tras el homónimo Café Sushita de Alberto Aguilera, es amplio, es luminoso, es un placer para el sentido de la vista y, sobre todo, destaca por un personal tremendamente rápido -cuando fuimos estaba lleno y no hubo mesa que esperase con impaciencia su comanda ni queja alguna desde donde pudimos apreciar-, altamente conocedor del producto y con una disposición absoluta. Así toda experiencia gastronómica sabe mejor, y quizá por ello esta última visita nuestra haya sido la que recordamos con más entusiasmo y satisfacción. TODO nos resultó de extraordinario sabor.

Desde las gyozas de churrasco a la barbacoa con su crujiente (¡SUBLIMES!) hasta los clásicos dumplings de pollo y gambas. Sin olvidar nuestro ojito derecho, los rollitos de pato con adictiva salsa, ni el siu mai de gambón, otra suerte de empanadillas chinas de exquisita factura. Una de las novedades es ya uno de nuestros favoritos: el bao de Wagyu, que nos conquistó ya desde el emplatado, que finaliza en mesa.
En la colección de nigiris de nuevo quisimos poner a prueba el buen hacer de Sushita, y si verdaderamente entre tanta variedad no hay una oveja negra. No, no la hay. Y sí hay unos impresionantes nigiri de pez mantequilla donde ya sea por la textura del arroz o calidad de la materia prima enseguida salta a la visa y al paladar la diferencia con otros locales que dicen ser competencia, pero palidecen ante Sushita. El de pez limón acevichado, salmón flambeado, huevo de codorniz... todos son más que apetitosos y ninguno defrauda.
Como principal volvimos a optar por la pasta integral con huevo y setas por su notable terna relación, calidad y precio. Y el broche, cómo no, hay días que hemos ido a un Sushita sólo por ella, la tarta árabe. De los mejores postres de Madrid, hechos en el día y que emocionan ya visualmente en su preparación aunque encandilan desde el primer bocado. Siempre presente en nuestra comanda junto a la tarta de zanahoria, nada empalagosa ni demasiado dulce, ligera y apetecible.
Grupo Sushita sigue triunfando porque su experiencia parte de un coqueteo con la vista a través de la estética de sus locales y su vajilla para viajar por la cocina asiática con una calidad suprema.
Más información en https://www.sushita.com/sushita-miguel-angel/
Jesús Clemente Rubio